El estilo de juego de Greco fue calificado como romántico debido a los fulgurantes ataques que lanzaba contra la defensa de sus rivales, su triunfo estaba supeditado en la escasa exactitud en las defensas del rival pero eso no resta el mérito a Greco, recuerda que en el ajedrez la belleza es hija del error. Greco jugaba con una idea clara en su mente: atacar, atacar y atacar. Para ello no dudaba en sacrificar las piezas que hiciesen falta para desarrollar más rápido sus fuerzas o para abrir líneas por las que poder lanzar las piezas que le quedasen. Podemos decir que Greco fue el creador de una forma de jugar, de un espíritu tempestivo que llegó al ajedrez como un soplo de aire fresco. Esta forma de jugar, siempre buscando posiciones abiertas, fue conocida como época romántica, auténtica edad de oro del ajedrez que nos legó un tesoro en forma de partidas que son consideradas obras de arte.
Partida No. 2
Partida No. 3